La Fundación Vinjoy decide aparcar su proyecto y lamenta la falta de apoyos, aunque no descarta retomar el centro terapéutico en el futuro.
La Fundación Vinjoy ha decidido dejar aparcado el proyecto para implantar un centro terapéutico de atención a mujeres reclusas en la localidad lenense de Santa Cruz. Según Adolfo Rivas, responsable de esta entidad, la iniciativa no ha salido adelante por no haber encontrado los suficientes apoyos en las administraciones, concretamente en Instituciones Penitenciarias, y por el fuerte rechazo vecinal que suscitó en Lena un plan que, a su juicio, «resultaba muy interesante, que no iba a acarrear ninguna situación conflictiva y, además, hubiese significado un valor añadido para la zona».
Rivas sostiene que el proyecto queda paralizado pero que, en cualquier momento, podría volver al primer plano de la actividad de la fundación en el caso de que cambiase la situación actual. Es decir, que, finalmente, el Ministerio de Interior, a través de Instituciones Penitenciarias, mostrase un apoyo decidido a la iniciativa, y que los vecinos de San Feliz respaldasen el proyecto, o que, por lo menos, no lo rechazasen con virulencia.
En la localidad lenense han aparecido pintadas en contra de un plan que la gente de la zona equipara directamente con una prisión, por mucho que los responsable de la Fundación Vinjoy se hayan empeñado en convencerlos de lo contrario.
El objetivo, según Adolfo Rivas, era poner en marcha un proyecto «innovador y valiente» destinado a mujeres que han delinquido por problemas relacionados con su falta de voluntad. La residencia, de carácter terapéutico, tendría una capacidad máxima de 14 plazas e iba a contar con el apoyo de psicólogos, pedagogos y mediadores. En el proceso final se intentaría buscar una salida laboral a las mujeres.
El proyecto contaba con el respaldo de la Fundación San Feliz y, sobre todo, de su actual presidente, Francisco Goicoerrotea Sarri, marqués de Valdeterrazo, que llevaba algún tiempo deseando reanudar la acción social que en sus inicios llevó a crear la fundación.
Por el contrario, los vecinos siempre se han mostrado en contra del plan. Su portavoz, José Luis Iglesias, indicó en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, que «creemos que el proyecto es perjudicial para la zona porque puede traer mucha delincuencia a San Feliz, un pueblo que es muy tranquilo». Iglesias añadió que «el centro para reclusas se puede instalar en un lugar adecuado para ello, no esta zona, en la que sí puede haber un geriátrico, una escuela taller o campamentos infantiles».
La unidad terapéutica que se barajó inicialmente debería haber estado atendida por psicólogos, mediadores y pedagogos. Su objetivo principal era la recuperación psicológica y social de las internas, así como su inserción laboral una vez que concluya su estancia en la casa. El plan tenía un carácter pionero y experimental. El fuerte rechazó que suscitó desde un inicio ha sido clave para truncar la actuación.
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